lunes, 7 de enero de 2013

Colapso Mental. (Remitente perdido)




Carta de ella para él



Colapso Mental



Este escrito lo comparto porque sé que es muy común que suceda.
Las situaciones siempre se dan por alguna razón, y la mayoría de las veces es para hacerte más fuerte, para valorarte y para darte esa oportunidad que te merecés.
Éstas son las palabras de un colapso mental.

Se supone que debería estar trabajando.
Debería crear un perfil turístico del Parque Central de Nindirí, pero como siempre, se me dificulta.

Se me es fácil respirar, es por inercia, dormir es mi otro hobbie desde hace una semana. Lo demás me da mucha boluda hacerlo. Me alimento porque ni modo, tengo que hacerlo sino me empieza a doler la cabeza, tengo que trabajar porque sino pues, la cago y me despiden.

No quiero estudiar, no tengo energías para leer. ¿Podés creer esto? Cómo un amor no correspondido te roba todas las energías para hacer lo importante en el momento necesario. Aunque te digan te amo, es no correspondido en el momento en que te dicen: "pero me gusta alguien más."

Pero, lo peor no es eso.

Lo peor es cuando empezás a maquinar las mil y un quinientas cosas que puede estar haciendo esa persona. Pensás en lo bonito que puede pasar y en lo más mierda que te puede hacer colapsar. Por ejemplo: seguís con la esperanza de que algún día te va a buscar, que te va a decir que se arrepiente de todo, que sos el amor de su vida, que no fue en serio todo lo que te dijo, que lo perdonés, que sólo quiere pasar con vos todo el tiempo, que nadie más importa.

Te creas escenarios en la cabeza tipo película de Hollywood; el hombre de tus sueños llega inesperadamente a tu casa mientras vos estás aplastada en un sillón tratando de leerte aquel libro de 700 páginas que empezaste un año atrás. De repente escuchas sonidos en la puerta, vos con la mayor tristeza del mundo te levantás, abrís y lo ves. Los ojos de ambos brillan y sale aquella palabra de su boca diciendote: Perdón, te amo.

Sí si si, sé lo que pensás, es extremadamente cursi, lo sé. Aunque, admitílo, sí lo llegás a pensar personita hipócrita juzgona, no lo negués.

Ahora, la otra opción, a como debiste suponer, es la más mierda.

Esa persona no quiere saber absolutamente nada de vos. Pensás: ¿será que está con alguien más?, ¿le dirá las mismas cosas que me decía a mí?, ¿tendrán algún tipo de contacto sexual?, ¿pasarán hablando horas y horas y horas como solía hacerlo conmigo?, ¿se burlarán de mi?, ¿será que me olvidó del todo?, ¿dejé de existir como si no fui nada?, etc.

Tristemente pensás que si te lo topás en la calle el muy pendejo no te va a voltear a ver porque va agarradito de la mano con su nueva “novia” pelo planchado olor a quemado. Y ¡bangaaaan! Es ahí donde te desturcás muchísimo más rápido y ya no sólo la llevás contra él, ahora no dejás de pensar en el “qué tiene ella que no tenga yo”:  ¿Acaso es más bonita?, ¿sólo por qué es más delgada?, ¿es increíblemente excepcional?, ¿puede sostener esas pláticas profundas fieras?, ¿qué hizo para que la prefirieras?, ¿qué hizo?. . .


Después de todo el colapso mental con esas dos personas, empezás con tu propio acabe emocional y a la verga el autoestima. Llorás descomunalmente, todos los días, te creaste el maldito Río Nilo en tu cuarto. Después te decís martirizandote: ¿qué hice mal?, ¿será que lo sofoqué?, ¿no era lo suficientemente coqueta?, ¿no era interesante?, ¿entregué mucho de mi muy rápido?, ¿fui fácil?, (DEMONIOS, ¡¿FUI FÁCIL?!, LA CAGUÉ. MIERDA) ¿hablaba con ella más que conmigo porque le aburría?, ¿qué hice?, ¿qué hice?. . .

Después, empezas a recordar todas las cosas lindas: los poemas, las canciones, los libros, las pinturas, los secretos, las sinfonías, las mil y un llamadas, los mensajes con amor y poco a poco sentís que toda vos va desapareciendo en un cuartito oscuro en el fondo de tu conciencia. Todo lo ves sin sentido. No podés volver a escuchar y leer todo eso. Te perdés.

Después te das cuenta que a pesar de todo, tu corazón no se pudrió como pensaste que podía suceder y seguís teniendo esas ganas de amar. Yo amo porque sé que el amor es lo más lindo, es lo que mueve el mundo, es el sentimiento más complejo y por su complejidad es el más fuerte.

Comprendí que todos esos males, forman parte del amor, porque si no amaras simplemente no le darías un momento de importancia, te valdría mucha verga prix. Descubrís que por amar sos más fuerte y que seguís por el camino difícil, ¿por qué? te preguntás, ¿por qué no simplemente dejo todo y ya?. La respuesta es simple: El camino difícil indica que vas por el correcto. No tendría sentido si fuera todo tan fácil. Sería muy aburrido, monótono, aprenderías una nada, en fin... no aprenderías a vivir.

Y fue ahí cuando me percaté: todo está bien y será mejor.

Todo será mejor, todo. 







Nota: "Cartas sin remitente" son transcripciones legítimas de cartas enviadas en un tiempo y un espacio, de un remitente hacia un destinatario, y se ha preferido omitir nombres de las personas por confidencialidad de los mismos, además, el texto se ha escrito sin edición alguna.

Esta carta ha sido autorizada por la autora de la misma para ser compartida con ustedes.

Otra Nota.

Gracias amiga mía por compartir tu lo que vos sos, te has convertido en una de las personas con las que más aprendo de la vida. 

Vos sabes quien sos.

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